El barrio se oye casi silencioso, si no es por un equipo que suena salsa vieja a la distancia. El clima está fresco por la mucha lluvia caída hoy. Y yo ando de nuevo sin una gota de sueño, pero de buen ánimo, reconciliado con ese compañero de muchos años ya, mi insomnio.
Hay quien puede pensar que es pura publicidad pero mi insomnio y yo ya somos una unidad; a veces se va pero siempre regresa; a veces lo odio de todo corazón pero termino haciéndo las paces con él, como esta madrugada.
Viejo insomnio, viejos los dos a punta de vernos solos en las noches. Como que en la tumba será que nos separaremos...¿O comenzará un insomnio sin final en el paraíso? Dios dirá.
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