Hoy no quise pensar en el DÍA DE LA MADRE, pero igualito me atrapó. Al principio de la mañana se me presentó el dilema de: ¿ Cómo dar misa sin nombrar a las madres hoy? Lo hice y no salió mal, hasta bonitos me quedaron los sermones... pero en el fondo no estaba satisfecho.
Durante el día fui a visitar a alguna madre que estaba celebrando su día en familia y de nuevo un dilema: ¿ Cómo hacerlo sin llegar felicitando? Lo hice y hasta sabroso fue, pero en el fondo me sentí como un arrocero buscando un poco de comida gratis. ¡¡ Puagh !!
Y al final de noche, viendo una película de Michael Mann que estaba bueníiiiiisima, me llama mi Mamá ; porque aún no la había llamado hoy ...y el último dilema del día: ¿ Cómo no felicitarla y no darle la alegría de que pronto la visitaría?
Y en el fondo eso fue lo único que valió la pena, oirla al otro lado de Venezuela y sentirla contenta porque me hiba a ver.
Gracias Saturita (así se llama ella y si no les gusta se lo guardan por favor) por estar allí.
¿Qué se esperaban? ¡¡Yo también tengo madre!!
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