Quién lo diría, al fin posteando en un breve insomnio desde mi casita de Petare...
Hoy mi barrio está silencioso, aunque un gallito trasnochado se empeña en llamar al sol. La tarde fue alborotada con los jueguitos de carnaval adelantados, sin nada que lamentar. Yo vuelto papilla porque ya todo está encima y todavía me falta mucho por hacer, es la historia de mi vida; pero estoy aprendiendo a vivirla sin angustias.
La reunión en la escalera Los Pinos fue muy bonita; pocas señoras pero con muchas ganas de trabajar por su sector. Muy interesante que las mas animadas hayan sido dos "santeras" que buscan algo bueno para sus hijos... Dios dirá cómo...
Y al final, frente al teclado, espero el sueño aunque estoy agotado...
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