Esta semana me agarró la peste. Un gripón de padre y señor mio que me tuvo contra las cuerdas, o deberé decir que aún está allí, esperando para continuar la golpiza. Lo peor de todo, el muy h.d.p. me fue a acompañar a San Antonio de Los Altos toda la semana, como para aprovecharse del frio de mil demonios que por allí campea estos días.
Le dí con todo: Tera Grip, Alivet, Jarabitos, Vitaminas y hasta sopitas y guayaba con ají y flor de sauco... y no me quedó otra opción que el ataque nuclear, Penicilina.